A traves de su historia, Borbely nos muestra el retrato fehaciente de una comunidad rural cerrada, despiadada y brutal, narrada con las frases breves de un nino sensible y observador que posee un extraordinario sentido del tacto y del olfato. Con solo once anos de edad, ya trabaja en unas condiciones extremas y a menudo pasa hambre y frio, pero con la ayuda de un mundo propio gobernado por los numeros primos descubre un lugar donde evadirse de su existencia miserable. A traves de su mirada inocente e inmediata, asistimos a un lugar dejado de la mano de Dios, impregnado por una pobreza extrema y en el que violencia se ha vuelto algo cotidiano. Despues de su tragica muerte este ano, Szilard Borbely nos deja un legado de incalculable valor que se ha convertido en un fenomeno literario en Hungria. Borbely retrata escenas de la infancia en un mundo embrutecido. Y lo describe de tal manera que mantiene la respiracion contenida del lector hasta la ultima pagina. En un acto de auto-observacion Borbely desarrolla una comprension sin precedentes del que fue su propio mundo. Probablemente solo Imre Kertesz y Agota Kristof habian contado historias de supervivencia de una manera tan laconica y lucida. ENGLISH DESCRIPTION "Szilard Borbely's book The Dispossessed: Has the Meshiyah Left Yet? explores the world of extreme poverty and deprivation experienced in a tiny Hungarian village, close to the Romanian and Ukrainian borders, in the mid-1960s. It is narrated by a small boy who records his family life, and the lives of the villagers, with a clarity and an "unknowing knowingness" that shocks in its determination not to look away from the brutality, the cruelty and bestiality that for the most part determines their lives. The situation of the boy's family is even much more desperate--due to the father's presumed Jewish heritage, the family is relentlessly ostracized. The father is clearly far too traumatized to discuss this matter--and nothing is ever discussed openly in this milieu. The brilliant portrayal of the trauma of all of these overlapping and often conflicting identities brings to mind the words of the Czech folksinger Jaromir Nohavica: "Only the unmarked will be saved." Throughout the narrative, the little boy seeks consolation in the idea of prime numbers, "which can only be divided by themselves. And by one.""