Entre dicciones y contradicciones, Borges y Bioy hacen ficcion y pasion del nombre. Hombres de letras ambos, habran advertido o se habran divertido con los auspicios de esa letra que inicia sus propios nombres, la misma que inicia, si no el mundo, el relato del mundo? Uno y otro supieron entablar una amistad incomun; vidas paralelas las suyas que convergian con frecuencia en una unidad primera, inicial, el principio del que la letra be es emblema y sus atributos inaugurales, doctrina o leyenda. Terciando entre pares, ronda en los escritos de ambos autores el fantasma de Louis-Auguste Blanqui. Semejante a los cometas que bien describe y cuyas andanzas narra, sobrevuela la figura en filigrana del prisionero que, desde las reducciones de su celda, hizo de la revolucin un retorno, de la eternidad una hiptesis, del espacio infinito el lugar de sus fugas astrales y fantsticas. Estas y otras coincidencias del comienzo ofrecen un punto de partida literal vlido para aproximar lecturas, difundir leyendas, discutir sobre las particularidades del nombre, sobre las ambivalencias de la escritura y los mitos ancestrales de una de las ms afortunadas aventuras de la invencin, que la historia no siempre registra.