El lugar de la obra de arte, la posibilidad de reconocerla o discernirla, de distinguirla, de asumir su singularidad, de acompanarla hasta donde ella ha llegado o podido llegar, depende del fundamento/filamento desde cuyo regimen y en cuya neblinosa o pristina atmosfera aparezca. En la edad Arcaica esta profundamente enterrada o integrada en el mito, y en la edad Moderna cuesta cada vez mas trabajo separarla de la tecnica.