En la isla de Guadalupe, los miembros de la comunidad Riviere au Sel se congregan en el velorio de un personaje muerto sospechosamente; un extranjero, Francis Sancher, caoba de hombre. Los personajes de la comunidad rememoran para sus adentros su relacion con el difunto. Cada recuerdo es un pedazo de la historia del fallecido, siempre incompleta, y una fraccion de la identidad guadalupena, con metropolitanos, negropolitanos, inmigrantes y gente que nunca salio de la isla. Los prejuicios que cada quien tuvo ante el hombre extranjero, ponen en evidencia la dimension de un lugar pequeno, y sin embargo cosmopolita, que cruza el fantasma colonial con la condicion de isla caribena. En este libro, la fuerza del lenguaje criollo guadalupeno se enmarana hermosamente con el verde de la flora islena. El viento tambien lo hace, entreverado en los recuerdos de quienes asisten al velorio, arrinconado por la lluvia. Las piezas de esta novela son un mosaico complejo, su escritura es singular, y por ello se trata de una obra infalible en la literatura poscolonial antillana.