"Me dirijo al hombre de la calle, esceptico pero tambien comprensivo, y mi unica esperanza, bastante vaga por cierto, es que si abordo la biografia de este gran santo por el lado llamativo y popular que evidentemente tiene, tal vez logre que el lector perciba la coherencia de una personalidad intachable, al menos un poco mejor que antes; y que acometiendo su historia de esta manera, quiza vislumbre por que el poeta que alababa a su senor el sol se escondia a menudo en una cueva oscura; por que el santo, tan bondadoso con su hermano el lobo, era tan severo con su hermano el asno (como el mismo apodaba a su propio cuerpo); por que se alejaba de las mujeres el trovador que confesaba abrasarse de amor; por que se revolcaba deliberadamente en la nieve el cantor que se regocijaba con la fuerza y la viveza del fuego y por que la poesia que exclama con pasion pagana: 'Alabado sea el Senor por nuestra hermana, la madre tierra, que nos da la hierba, frutos diversos y flores de intenso colorido' termina practicamente con estas palabras: 'Alabado sea el Senor por nuestra hermana, la muerte del cuerpo'".